DYBJI: Enrédate con nosotras

Seguimos adelante con nuestro proyecto “Do your best just invest” (DYBJI). Para l@s que nos leéis por primera vez, se trata de un proyecto que estamos realizando en colaboración con nuestro socio STRIM de Polonia y otras entidades de Italia, Rumanía y Eslovaquia. Cada grupo tiene que realizar actividades de ocio con personas jóvenes y adultas (de 25 a 50 años) con menos oportunidades.

Tenemos dos grupos de trabajo: un grupo del CAI de la Arboleya y un grupo de mujeres (y un hombre) de Asturias Acoge. Las actividades están dirigidas a tener un ocio inclusivo y de desarrollo personal que permita que los/as participantes puedan integrarse más en sus comunidades, así como desarrollar algunas capacidades personales.

Os traemos las imágenes de nuestro grupo de ganchillo, con el que pretendemos enseñar esta técnica a personas inmigrantes para que puedan realizar prendas y accesorios para ellas, pero también para poder empezar a venderlas y así tener algunos ingresos.

La experiencia está siendo maravillosa, y lo que podría parecer difícil (que lo es), supone cada vez que vamos un reto fantástico que une lo humano, con lo cultural e incluso, lo antropológico. 17 personas, con dificultades de comunicación evidentes, pero con muchas ganas de aprender, nos esperan cada día que nos juntamos; 4 o más idiomas, poca gente que maneja el castellano y grandísimas mujeres que se ayudan entre ellas para pasarlo bien, y porqué no, para tener un poquito que dar, algo bonito que hacer y una ilusión para un futuro que, en muchos casos, es bastante incierto. L@s peques vienen y les quitan a sus madres los ganchillos de colores para jugar, las profes nos liamos con las madejas de lana que pululan por el suelo, hacemos gestos grotescos, practicamos, repetimos, y nos reímos, nos reímos muchísimo, quizás ahí resida la magia.

Aprendemos a contar en francés, hablamos con nostalgia de Marraquech, del pescado de Asilah, de las costumbres de un sitio y de otro; analizamos la invasión de los/as turistas europeos que van a las playas de Marruecos con sus bañadores y bikinis, tan ajenos a la moda de baño del país, le damos vueltas a las posibilidades de ocio y restauración que puede tener alguien musulmán en España y aprendemos en cada pequeña conversación, en cada intercambio de opiniones.

Atrás quedan los juicios y pre-supuestos, lejos queda, aunque sea por un ratito, lo que cada una haga para ganarse la vida, ni siquiera se habla de penurias, y entre tijeras, ganchillos del 3,5 y del 5, etiquetas de lana, miles de ovillos y patrones, como nuestras abuelas hace años, tejemos algo nuevo que nos reconforta y nos hace ser, temporalmente, diferentes. ¿O quizás iguales?