Maísa Marbán, la verdad y el personaje

12/11/2015
by rebeca.soignie

Conocí a Maísa Marbán en noviembre de 2011, en el II Encuentro de Cuentos de Gijón. Ella, Carmen de Legolas Colectivo Escénico y Félix Albo me hicieron un regalo sin darse cuenta, sin saber quien era… me regalaron la palabra.

Hay quienes pensarán que el 2011 no está tan lejos, y para quienes se hará un mundo pensar en los 4 años que han pasado. Yo, que peco de apuntarme a todo y asumir más de lo que puedo, estoy en la segunda opción. A pesar de no recordar lo que comí antes de ayer, recuerdo perfectamente a Maísa hablando de una retahila de hermanos y hermanas para los/as que su madre tejía y destejía jerseys que se convertían en chalecos y acababan siendo bufandas. Me quedé impactada con la narración de las vacaciones y cómo llevaban la playa a su piso, poniendo arena por el pasillo y calderos de agua en los que chapoteaban creando una ilusión maravillosa de algo que no se podían permitir.

A la salida del espectáculo, cruzando cuatro palabras furtivas, me confesó que no era cierto, que era una historia, y mi reacción fue en dos tiempos: en un primer momento, la tristeza de deshacerme de esas visiones que yo misma me había creado al son de su voz, y la segunda, la inmensa felicidad de descubrir que alguien podía hacerme volar, soñar y crear escenarios con tanta potencia solo con la palabra. Félix Albo no hizo más que corroborar este pensamiento que crecía en mí, aumentando la curiosidad innata que tengo y que me empuja a tirarme a la piscina siempre que puedo. A menudo digo que la Narración Oral para mí es un hobby, algo a lo que dedico horas leyendo, de lo que colecciono textos y sueño puestas en escena. Mi trabajo en la Asociación Youropía me permite usar esta herramienta tan potente en diferentes ocasiones, pero reconozco que siempre me he sentido como el patito feo entre los cisnes: asistiendo a eventos como el Maratón de Cuentos de Guadalajara, no podía mirar a los/as profesionales de la Narración Oral sin sentir un respeto hacia su buen hacer y saber que una inmensa distancia nos separa. En febrero de este año, 6 horas con Pep Bruno organizadas por la Maga Colibrí me daban respuesta a algunas de mis preguntas: ¿qué es lo que yo hago, si no soy una narradora, pero uso la Narración Oral?, ¿seré pretenciosa al decir que trabajo a través de los cuentos?… Y ahí estaba la respuesta de Pep Bruno, a través de un fantástico análisis del contexto y el grupo, con el que establece una clasificación que puedes ver aquí.

El narrador instrumental, sería aquel, aquella, que cuenta no entre iguales y en un contexto no preparado. En este caso suele ocurrir además que el cuento suele servir de medio para la consecución de otros objetivos. Un ejemplo claro podría ser el de una maestra que cuenta un cuento en clase (para trabajar la capacidad de atención de sus alumnos), o una bibliotecaria que cuenta un cuento en la biblioteca (para animar a que se lean ese libro los usuarios), o un librero que cuenta un cuento en su librería (para que los clientes de su librería se lo lleven), o un religioso que cuenta un cuento para explicar una idea. [iguales no / contexto no]”

Las historias muchas veces son cíclicas, de hecho me encantan las historias que acaban volviendo al principio, me parece una magia extraña la que hace que todo se arregle para retornar al comienzo. La Maga Colibrí nos propone esta semana una formación con Maísa, el 28 de noviembre, sobre la verdad y el personaje. Si queréis recibir un regalo estupendo, como el que me hicieron a mí hace cuatro años, os animo a que vayáis,  escuchéis, soñéis y dejéis que os camelen con palabras… por mi parte, me pregunto si hablando de la verdad, Maísa retomará aquella historia vibrante en la que compartía casa con un montón de hermanos y hermanas…

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