Seeds y la importancia de los momentos informales

14/05/2020
by rebeca.soignie

Del 23 al 29 de febrero, celebramos en Oviedo el proyecto Seeds, financiado por el Programa Erasmus +, un seminario de contacto, en el que personas de organizaciones diferentes se juntaron para compartir experiencias, visiones y valorar la posibilidad de cooperar en el futuro. Para nosotros ha sido una de las experiencias más enriquecedoras, tanto desde la entidad por todo lo que nos ha supuesto, como desde el equipo de facilitación al proponer algunas actividades un poco diferentes. Hoy os queremos hablar de las innovaciones que hemos incluido, y que están relacionadas con los momentos informales o al menos no tan estructurados.

En nuestro equipo, el trabajo a través de la Educación no formal es algo natural, nos encanta buscar de qué manera hacer que el aprendizaje se fije más en las personas participantes, cómo tener una experiencia vivencial y sacar reflexiones de cada ejercicio y dinámica. La vuelta de tuerca, en esta ocasión, ha sido apostar por un “slow event” (fíjate que me lo acabo de inventar, pero ¡tiene sentido! así como ahora se apuesta por la “slow food”, nosotros creemos en este nuevo concepto :D) ¿Y qué es un “slow event”? Pues creo (creemos) que es un encuentro en el que la parte informal o no tan estructurada, gana peso e importancia. ¿por qué? Si trabajas en el ámbito social o juvenil, en la formación o la facilitación… si desarrollas tu labor con grupos, ¿cuántas veces te ha pasado que vuelves a casa y no sabes nada de las personas con las que has estado horas o incluso días? A nosotros nos pasa a menudo, no suele haber espacio para conocerse en profundidad y compartir, para acordar conceptos, para aprender juntos, para plantear acciones futuras. Quizás de ahí viene el hecho de que en muchas ocasiones no logramos conectar del todo, o se establecen partenariados menos sólidos porque nos falta conexión y comprensión de lo que hacemos.

De cara al desarrollo de Seeds, se hacía importante cuidar este aspecto, porque nos interesa trabajar de manera más personal y profunda en nuestros proyectos futuros, y, para ello, necesitamos eventos diferentes que nos permitan interactuar y conocernos con calma. El proceso ha sido sinceramente muy interesante, teniendo tiempo para hablar del trabajo en cada entidad, qué entendemos por inclusión, cuáles son los retos en cada país, qué se entiende por trabajo juvenil (si existe), qué valor social se le da, ¿estamos de acuerdo con las divisiones habituales de menos oportunidades?, ¿faltan colectivos o están poco representados?, ¿con cuáles de esos grupos trabajamos?, y un largo etcétera de preguntas que nos permitieron acercarnos más despacio, pero más conscientes.

Las novedades para nosotros se pueden agrupar en dos bloques: “la excusa” y la comunidad”.

Hablo de actividad “de excusa” para referirme a aquellas que se han creado para tiempos que aparentemente están menos estructurados y en un contexto más informal. No son actividades novedosas “per se”, sin embargo la innovación ha estado en su uso y el modo en que han servido a los objetivos de creación de grupo. En este sentido, os pondremos tres ejemplos:
– El primer día nos fuimos a hacer la Pista Finlandesa (pista para caminar y correr), dándoles una pregunta a cada uno/a que debían ir rotando a medida que cambiaban de persona. No es ninguna novedad que las actividades al aire libre tienen un efecto más que beneficioso en el grupo, sin embargo, cuando hablamos de movilidad de trabajadores juveniles, parece que estos “básicos” de la Educación no Formal se nos olvidan, como si solo sirvieran con nuestros chavales/as. En Seeds hemos caminado mucho, lo que nos ha permitido ver la ciudad, hablar con gente diferente en los traslados y no tener esa sensación de encierro con la que muchas veces nos vamos después de pasar cinco días en un albergue.
– La segunda noche, después de cenar, ofrecimos la posibilidad de hacer una visita guiada por la ciudad. También, pensaréis que no hay nada nuevo en esto, pero una vez más, es algo que no tenemos tan en cuenta en las reuniones de profesionales, de hecho, choca con el fenómeno “no he venido hasta aquí para no ver nada”, con el que nos solemos encontrar. Pues claro, y más aquí en Asturias que desde Finlandia se tardan 20 horas en llegar! Siempre contamos que hace años, trabajando como facilitadores en Bruselas, hemos tenido que hacer dinámicas en la calle porque llevábamos tres días allí y no habíamos salido de las instalaciones. No hace falta flagelarse, simplemente aceptar que se nos olvida que las personas que trabajan también quieren ver, descubrir y disfrutar del espacio en el que están. Si además, puedes ubicarlo en un tiempo en el que el grupo no está trabajando (no perdemos esas horas que taaaaanto necesitamos) y lo hacemos “voluntario”, cada uno/a hace lo que quiere y la gente está mucho más contenta.
– La ultima de este bloque es mi favorita: hacer la cena juntos. De nuevo, algo muy habitual si vas de intercambio o campamento, pero no en un encuentro de trabajadores juveniles. La actividad se organizó gracias a uno de nuestros socios, cocinero, que planteó una adaptación de Máster Chef en la que, por equipos, tenían que preparar lo que luego se cenaría (Coleslaw, fresh spring rolls, Hummus y Baba ganush, crostini de tomate, albahaca y mozzarella y ensalada de quinoa) Cocinar genera vínculos muy interesantes en los equipos, no solo es un espacio en el que lo pasan bien (o mal, según sus habilidades), sino que supone un alto contenido de orgullo y cuidado, además de ser un espacio para compartir. En este tipo de proyectos en los que una entidad acoge, se da más bien una rutina en la que los servicios están cubiertos y los participantes “se dejan llevar”. Romper esa rutina, “dar” y “compartir”, tienen un poder de unión increíble.

Y vamos allá con la comunidad, un elemento muy presente en Seeds. No es la primera vez que intentamos hacer partícipe a la comunidad local en nuestras actividades, pero es la primera vez que tenemos unos resultados tan positivos. ¿Qué aspectos era necesario tener en cuenta para mejorar?:
– Tener gente que entra y sale con un grupo que se está creando, genera una sensación de desconfianza por la que los/as participantes no se sienten cómodos/as hablando de su situación o la de sus jóvenes.
– Poner a un grupo “en construcción” junto con gente local, no significa realmente que se genere ninguna interacción, es necesario estructurar el encuentro.
– En nuestras burbujas de trabajo internacional, pensamos que la gente de nuestra ciudad o región entiende lo que estamos haciendo, pero no todos manejamos la misma información, por lo que puede ser que se esté perdiendo contenido y/o oportunidades.
– Hacer un encuentro formal no garantiza, en absoluto, las conexiones personales.
Planteamos dos actividades con la comunidad local: un PechaKucha y una Feria de asociaciones. Teniendo en cuenta las consideraciones anteriores, se hicieron de la siguiente manera: nuestros participantes recibieron la información de los espacios/tiempos compartidos con antelación, así sabían cuándo se hacían actividades con externos/as; el PechaKucha se realizó en un bar, un espacio más informal en el que la gente no se sintiera cohibida por venir, se intentó, además, generar un clima muy distendido, incluyendo espacios de preguntas para involucrar al público en el proceso, así como se dio tiempo para tomar algo y que la gente totalmente ajena al proyecto y nuestra entidad pudiera interactuar con los demás. En este sentido, el papel de los/as socios/as de Youropia como facilitadores de esas conversaciones informales ha sido fundamental. Respecto a la Feria, se trabajó con todas las entidades que confirmaron su participación, teniendo reuniones o llamadas explicativas para las que estaban más fuera de nuestro ámbito (¿qué es un intercambio?, ¿os puede interesar el voluntariado europeo?, marcos de movilidad…), se preparó un libreto con la información de los 16 socios que venían de fuera y se habló con cada entidad para sugerirles, en función de su trabajo, qué entidades serían interesantes; cinco personas de Youropía hicieron de traductores para las entidades/personas que tenían dificultades con el inglés; se crearon turnos rotatorios para que todo el mundo pudiera visitar a las otras organizaciones y no quedarse “atrapado/a” en su stand” y, muy importante también, se organizó una merienda conjunta (de nuevo, la importancia de compartir comida)

Como entidad y como equipo de formación /facilitación, ha sido uno de los mejores proyectos en los que hemos colaborado, no solo por la calidad de la participación, lo involucradas que han estado todas las personas participantes y el clima creado, sino también porque tan solo tres meses después, ya se están dando frutos interesantes del encuentro: varios proyectos ya presentados en la convocatoria de mayo, dos pendientes para octubre, y la creación de una comunidad de entidades centradas en la inclusión que seguirá creciendo gracias a la celebración de más encuentros como este.

Si quieres ir rápido camina solo, si quieres llegar lejos ve acompañado (y tómate tu tiempo)


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