Creciendo con Artífices
Parece mentira cómo pasa el tiempo, a veces las cosas están en nuestra mente como si hubieran pasado antes de ayer, y cuando ponemos fechas, descubrimos que hace cinco años que ocurrieron, otras, parece que llevamos toda la vida haciendo algo, y realmente le hemos dedicado poco tiempo. Las segundas, suelen ser experiencias importantes, de las que nos remueven y/o nos conmueven, las que nos hacen pensar, las que nos dan emociones intensas, las que llegan para quedarse.
Si me preguntarais cuánto llevamos tricotando, os diría que media vida… y si bien es cierto que llevamos unos tres años con talleres de ganchillo, la primera vez que hablamos con Mar (de Asturias Acoge) sobre el proyecto Do your best, just invest, fue en enero de 2015, poco más de un año, he tenido que revisar los mails porque no me lo creo, SOLO ha pasado un año.
Han pasado muchas personas por nuestros ganchillos en este tiempo (corto o largo según quién lo mire) muchas de ellas fueron mujeres, y por eso siempre hablo en femenino. Mujeres que no llegaron a crochetear, mujeres que escucharon, que hablaron sin parar, que han tenido bebés y han vuelto, que han tenido bebés y me saludan amigablemente por la calle esperando reincorporarse a la actividad para hacer cosas para sus pequeños, mujeres que no volvieron, mujeres que han pasado a ser importantes en mi día a día, mujeres, mujeres, mujeres.
Algunas de ellas no me dejan sacarles fotos, porque el miedo vive con ellas, y la desconfianza las alimenta a diario, por eso mis recuerdos de los talleres están llenas de manos (eso sí que me dejan) Tenemos manos que tejen y cuentan historias de otros sitios, historias de Senegal, de Sahara, de Marruecos, de Ecuador, de Brasil. Historias bonitas, cargadas de nostalgia, historias tristes que hablan de tradiciones asumidas, de familia dejada atrás, de sentimientos encontrados.
Las actividades crecen, a veces sin que seamos conscientes de dónde llegan: hace nada estábamos en una pequeña sala apretaditas al calor de la lana, y de repente, gracias a la voluntad y el apoyo de mucha gente, se crea un mercadillo en el que todos y todas tenemos hueco. la publicación de esta noticia para mí ha sido algo mágico: el reconocimiento del esfuerzo, la transmisión de la cultura y, lo más importante, la desaparición de las manos a favor de la humanización de las historias y la autenticidad de los sueños.
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